miércoles, 9 de febrero de 2011

Arroz con mango

Estoy segura que cuando tenga 25 años viajaré a Europa. Lo tengo todo planeado, muero por viajar al ‘viejo continente’. Plan a ejecutar: Secreto ja!. Será fabuloso. Muchas veces en mis innumerables sueños me he encontrado en esas tierras lejanas… quiero conocer Francia y España si o si! Sé que podré.

Por las noches mientras camino por la calle me gusta jugar con mis ojos, es decir, controlar el iris de mis ojos, enfocar y desenfocar las luces de los carros como en las películas, es algo tonto pero me divierte.

Me miro desde afuera sin piedad, más humana que nunca… me he convertido totalmente en una hedonista, mis días son jodidamente ricos. Debe ser una temporada , supongo porque uno siempre tiene épocas en la no se puede dejar de hacer alguna cosa, creo. La paso muy bien. Cada madrugada me dan ganas de vivir días más intensos. Juego sucio? sí y no. La ternura de mi ser se ha perdido en la oscuridad de la noche… de seguro en un tiempo vuelve.

Ridículas reglas generales (por decirlo de alguna forma) que he escuchado mil veces, por mil personas y en esta época las integro a mis días, me doy vergüenza pero bueno: “lo que pasó y no me acuerdo, no pasó”, “lo pasado, pisado”, “los hombres dan amor por sexo y las mujeres sexo por amor” (aunque yo cambiaría la palabra “amor” por compañía y no me parece una mala transacción).


Todos se van, las personas que conocemos son tan circunstanciales como la ropa que me pongo por ello hay que disfrutarlos mientras se pueden usar, el desgaste termina en el olvido.


Ya la atobé. Hoy la pared de mi habitación es un collage de conciertos de rock y huachafadas demás, me hace sentir más cómoda y hasta ya puedo llamarlo mío, me gusta realmente.


Igual que en mi casa, mi habitación en el departamento tiene una gran ventana, duermo al lado de ella y me gusta tenerla totalmente abierta. Amo que el viento que viene y revolotea mis hojas, que sople por mi rostro, a veces llegar a tener frío, que pase por cada rincón de la habitación, dormir con las cortinas abiertas despertarme en la hora azul y ver lo genial que es el cielo, lo silencioso y apacible que es todo por aquí.


Deseo que desde cualquier lugar en que me encuentre siempre pueda observar el rosado atardecer de estos días, contemplar la luna y hacerlo con hielo, mucho hielo en la boca.


En el intento de dormir se me vienen innumerables episodios, situaciones y reflexiones, suelo ver el techo y la pared buscando formas que las sombras puedan formar o que mis ojos pueden alucinar.


Hoy tengo el día totalmente libre y luego de ducharme me puse a leer, terminé un libro, vi dos películas, puse música a full volumen siendo inconciente de la hora me tocan la puerta y eran unos patas que venían a hacer unos trabajos. Desnuda sin cambiarme, sin ordenar nada tuve hacer todo lo que no hice en menos de 30 segundos, un record.


¡Qué sol! Quiero estar en el mar y perderme en su inmensidad nuevamente.

Hoy visitaré a mi mamá. Al despertarme lo primero que hice fue marcar su número y decirle que quiero verla y almorzar con ella. Mi mamá es un pop up. La extraño y cuando me encuentro haciendo diversas actividades aparece en mi mente una ventana con su rostro, su cabeza de lechuga marrón, su cara redondeada y sus ojos. Los trayectos a mi casa aun me duelen.


De atrás para adelante, de adelante para atrás, soy libertad, luz de sol, sombra de noche siempre en metamorfosis…


Y bueno pasan los días, ya vamos. Insensible y ausente de dolor tiraré la copa.
Y todo lo vertido aquí no tiene un hilo conductor, pero en fin, no me basta ni sobra inspirarme de cualquier ridiculez. Los tiempos van cambiando y mi vida junto con él.


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